Siempre tuve como propósito en mi vida el “ayudar a otros” sin tener claro el cómo, estudié psicología y luego me especialicé en consultoría de familias, y así fue como comenzó mi experiencia en este servicio. Sin embargo, por mucho tiempo me enfoque en los otros, cumpliendo al máximo con mis funciones sin contemplar lo que mi cuerpo, mi alma y mi espíritu necesitaban. Fue así cuando decidí comenzar por mí, sabía que tenía el conocimiento y la teoría, pero no contaba con lo más importante: la conexión con mi ser.
Desde ese momento mi camino de crecimiento interior inició. Cuando aprendí a sanar y a integrar todo lo que hacía parte de mi historia, con aciertos y desaciertos, comprendí que mi real propósito era brindar acompañamiento a otros en el camino de la sanación y evolución interior, así como yo lo hice en mí.